Desde el momento del nacimiento, una mujer debe saber y conocer sobre su cuerpo y los cambios que aparecen durante su desarrollo hasta su vida adulta. En los primeros años, es la madre quien debe vigilar el desarrollo de las niñas, y ya en la adolescencia, etapa fértil y en la menopausia, la mujer debe tener conocimiento de todos estos cambios para detectar oportunamente enfermedades, y tomar medidas de prevención en función de su salud y bienestar en general.
De acuerdo a la etapa de la vida en que se encuentre una mujer, ciertos exámenes son importantes para su vigilancia:
INFANCIA:
Consideramos el crecimiento y desarrollo de la niña en general.
ADOLESCENCIA:
Aparición de caracteres sexuales secundarios e inicio de la primera menstruación (desarrollo del busto, de la cadera, crecimiento del vello púbico, de vello axilar, etc.)
ETAPA FÉRTIL:
Considerando los aspectos relacionados con el deseo de embarazo, anticoncepción, toma de papanicolao, exploración de mama, trastornos de sangrado, etc.
ETAPA MENOPAUSIA:
Considerando la última menstruación, presencia de bochornos, problemas de osteoporosis, etc.
En cualquiera de estas etapas pueden presentarse problemas ginecológicos que deberán ameritar una atención especial para su diagnóstico y tratamiento oportuno considerando: